BOGOTÁ




Nada más llegar a la terminal de buses de Bogotá, nos reciben Paula, Alethia y su padre Carlos. De allí, nos dirigimos al mirador más impresionante de nuestro viaje: Montserrate. Arriba divisamos una inmensidad de ciudad, aún así nos comentan que sólo vemos 1/3 del total.



La Candelaria es un barrio bohemio de Bogotá que nos sorprendió en esta gran ciudad, invita a vivir en sus calles, emana cultura y diversidad por todas sus esquinas. Además tuvimos a Carlos, un guia excepcional!





Por casualidad llegamos a una rumba (así se llama a la fiesta o farra por la noche) en casa de Andrés que nos acogieron con los brazos abiertos, al igual q Nestor, Carlos y la cantidad de gente q conocimos esa noche. Intentaron enseñarnos a bailar cumbia, ballenato y otros ritmos latinos, pero no es tan fácil como parece! A cambio Paco les deleitó con una fideuà.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vallenato.