Llendo hacia la costa este de Colombia, llegamos de esta guisa al Cabo de Palomino, pues el único medio de transporte aquí es el mototaxi.
Nuestro hospedaje resultó de película: una cabaña sola en medio de la playa donde no llegaba nadie, ni siquiera la luz o el agua, realmente un paraiso. Por delante el mar, a los lados dos ríos y detrás la Sierra nevada.
No hay camas, se duerme en hamacas.
Nos volvimos incluso un poco salvajes: parecíamos a los de supervivientes, partiendo cocos! Pero nosotros fuimos más listos y compramos comida en el super!
Estos dos divertidos personajes, unos alemanes dificiles de describir, son los que gestionan esta cabaña.
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